Los gustos femeninos


Consumir vino, ya no es cosa de hombres. La mujer consumidora de vino gana terreno en el sector, cada vez tienen más peso y poder de decisión a la hora de elegir. Crece su inclinación a los tintos, pero siempre más afrutados y jóvenes. Claves para entenderlas por su elección.


En tiempos donde las mujeres adquieren cada vez protagonismo social y cuando la industria se plantea el desafío de cómo hacer que el consumo de vinos crezca, extendiéndose a públicos no ya tan tradicionales, resulta significativo conocerlas cómo compradoras.

Según un estudio de Wine Institute de Argentina la mujeres siguen eligiendo los blancos, cada vez se está animando más a consumir los tintos, aunque las preferencias se inclinan mayormente a los jóvenes y frutados, con baja graduación alcohólica, no muy tánicos (ásperos), y que además las atrape en cuanto a imagen.

El tipo de packaging que las seduce es mas estético que el que elegiría un hombre. Un dato importante que resalta Analía Videla, directora de Wine Institute de Argentina, es que 8 de cada 10 mujeres consumidoras de vino definen su compra en base a su apariencia. La elección también dependerá de la ocasión en que el vino será consumido. Si tiene una cena con alguien que es importante para ella, tiene en cuenta la marca.

En cambio, cuando la reunión es más informal, como puede ser una cena con amigos, se anima a innovar mucho más que el hombre, ya que prioriza el conjunto (calidad, precio e imagen). A diferencia del hombre que generalmente elige conociendo el producto. Esta mayor participación de la mujer en la elección y consumo de vinos, tiene una directa relación con su independencia, y con el papel activo que está ocupando en la sociedad, sobre todo a nivel profesional y familiar.

“Antes, la mujer que tomaba vino tinto no era bien vista. En la actualidad ocupa un rol con más funciones y más igualitario, motivo por el cual necesariamente termina rodeándose de hombres, quienes también son los encargados de hacerlas consumir de otro modo”, explicó la directora de Wine Institute.

La mujer, además, es más sensible y perceptiva, y está más conectada con sus sentidos. Ella ingresa al universo vitivinícola quizás por curiosidad, pero termina quedándose en él por la pasión que le genera el vino y por la parte sensorial descubierta a través de éste.

A medida que la mujer va relacionándose más con el vino, va educando su paladar y consumiendo vinos más complejos, corpulentos y secos. Generalmente empieza con un vino dulce y simple, después se atreve a probar vinos jóvenes y frutados, para finalmente terminar con los más complejos. "El proceso que estamos atravesando es el de enseñar a las mujeres a tomar", explica Videla. Es por esto que en la actualidad, al momento en que un vino sale a la venta, se tiene en cuenta mucho más que antes al público femenino, sus características y lo que prioriza a la hora de elegir.

Datavin, una consultora de marketing de España especializada en el sector vitivinícola, realizó una investigación que vinculaba a la mujer con el vino. A través de estos estudios elaboraron una tipología de consumidoras en función a sus hábitos de consumo que sirve como base de análisis ya que a nivel local aun no se avanzó en este sentido:

- Curiosa: Conoce diferentes varietales, gasta bastante dinero por botella y consume con frecuencia. Le gusta tanto el tinto como el blanco, pero rechaza el rosado. Edad promedio: entre 40 y 50 años.

- Tradicional: Consume vino tinto prácticamente a diario. No gasta mucho dinero por botella y no bebe vino rosado. Edad: más de 55.
Ligera: Consume ocasionalmente. El rosado está entre sus vinos preferidos, porque no le gusta el sabor fuerte. Edad: entre 25 y 35.

- Joven: Prefieren el vino tinto. Están dispuestas a gastar bastante dinero en una botella, porque sólo beben vino en ocasiones especiales. Edad: menos de 35 años.

- Entusiasta: Grandes bebedoras. Buscan de calidad y buen precio. No tienen edad definida.
Indiferente: Gastan muy poco en vino. Sólo beben tinto. No se fijan en las marcas, sino en las ofertas. El vino es una bebida más.

Estos estudios no tienen un fin caprichoso. Conociendo estas tipificaciones es posible para las empresas adaptar mejor sus estrategias de marketing a la realidad del mercado en busca de captar la atención de las mujeres que tienen un protagonismo creciente.