Los Faraones y el Vino
Los egipcios no fueron los primeros en cultivar vides, pero sí fueron los primeros que documentaron los detalles de la vitivinicultura.
Así se refiere el especialista inglés Hugh Johnson al abordar el tema del vino y los faraones. Los registros más antiguos de cultivo de la vid nos vienen desde el Cáucaso, en lo que es hoy la frontera de Armenia y Georgia (ver nota).
En su excelente y didáctico libro “Historia del Vino”, el inglés Johnson resalta los registros pictóricos que dejaron los egipcios acerca de la vitivinicultura, y nos sorprende al afirmar que en la época de Tutankamón incluso se realizaba el etiquetado de las vasijas con vino.
“En Egipto existían expertos que distinguían las calidades del vino con tanta confianza y profesionalidad como un agente de Burdeos del siglo XXI”, señala Jonson.
“Sabemos todo y nada sobre el vino en el antiguo Egipto. Los detalles disponibles son casi abrumadores, sobre todo las representaciones gráficas en las pinturas de tumbas de personajes importantes cuya tarea era supervisar el proceso, y en la de trabajadores que amaban tanto las vides y su fruto que decoraban os techos de sus tumbas como pérgolas cargadas de uvas. En Luxor, la mayor ciudad del mundo en su momento de máximo esplendor, se encuentra el mayor número de estas evidencias”.
Johnson también menciona la afición por el vino que existía en la misma época en las ciudades de la Mesopotamia, así como detalles del origen del vino que era transportado por el río Éufrates hacía Babilonia.
“Ya en algunas de las imágenes más antiguas sobre vitivinicultura existen señales de ingenio técnico que no se reproducirían en ninguna otra civilización hasta la época moderna”.
“El vino guardado en las tumbas, incluso de las dinastías más antiguas, se designa por su origen, aunque sea de forma imprecisa. En torno a 2.470 a.C. (la quinta dinastía) se utilizaban seis denominaciones distintas. No sabemos si se referían a tipos de vino claramente diferentes o sólo a su procedencia”.
“En la época del Nuevo Reino, en plena vigencia en 1.550 a.C. y cuyo monumento más famoso es la tumba de Tutankamón, el etiquetado de las vasijas de vino era casi tan preciso como, por ejemplo, el actual etiquetado californiano (con la excepción de la variedad de uva). Especificaba el año, el viñedo, el propietario y el viñatero jefe”.
“Sabemos dónde y cómo se elaboraba el vino, y cómo se denominaba, se guardaba, se servía y se bebía. Lo que no sabemos es cómo era su sabor. Posiblemente no sería difícil reproducir los vinos del antiguo Egipto (…), y obtendríamos vino sin calidad alguna. Sin embargo, no puede ser acertado descartar lo que personas de tanta cultura como los aristócratas egipcios describían como bueno, muy bueno o excelente, y por lo que se molestaban tanto para elaborarlo y obtenían tanto placer al beberlo”.
Publicado por
FI
en
9:25
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Etiquetas:
Historia