El dilema de comprar vinos: La relación Precio - Calidad


La relación Precio - Calidad es un factor a tener en cuenta a la hora de adquirir un vino, ya que no siempre el vino mas caro es el mejor.

Antes de comenzar a analizar esta relación en lo que a vinos se refiere, es importante que definamos el significado de estas dos palabras bajo la óptica de un economista. Según Philip Kotler, el precio es la cantidad de dinero que se cobra por un producto o servicio, o suma de los valores que el consumidor intercambia por el beneficio de tener o usar el producto o servicio; la calidad es la capacidad de un producto para desempeñar sus funciones, incluye durabilidad total, confiabilidad y otros atributos parecidos.

Como consumidores de vino, muchas veces creemos, equivocadamente, que la buena relación entre el precio de un vino y su calidad se da cuando uno compra un vino que no es costoso para nuestro bolsillo y que a la vez nos gusta. Esto es un error, ya que un vino caro puede también tener una muy buena relación precio - calidad, lo cual podemos ejemplificar de la siguiente manera: supongamos que se dividen a los vinos por rangos de precio (de hecho las bodegas realizan sus estrategias de ventas con productos para distintos niveles de precios); tomemos entonces el segmento de vino de $10 a $15 por botella en vinerías, ni muy caros ni muy baratos. Un individuo lo escoge por diferentes motivos, y al beberlo se encuentra satisfecho sintiéndose a gusto con el dinero que desembolso y el placer que sintió al consumirlo. Así, éste será para él un vino con una muy buena relación precio calidad.

Podemos observar con esto que la relación entre el precio y la calidad no esta ligada al poco o mucho dinero desembolsado ya que un individuo sentirá que a obtenido por ese rango de precios (sea bajo, medio o alto) un producto de alta calidad, puesto que desempeño las funciones para lo que fue adquirido (ya sea para degustarlo y catarlo o para mezclarlo con soda) a un precio que cumplió con la suma de valores que intercambió para obtener lo que buscaba. Esto es lo que debemos entender como una buena relación precio - calidad.

Concluyendo, podemos decir que no siempre un vino caro, por el solo hecho de serlo, tiene que guardar una estrecha relación entre su costo monetario y sus atributos, debido a que el mismo pudo haber sido impuesto por la oferta y la demanda que una moda o la trayectoria de la bodega elaboradora. Por lo contrario, si ese vino cuesta menos de lo que uno paga habitualmente por esa calidad, éste si guardará una inmejorable relación. Lo que aquí queda es una reflexión para los encargados de comercialización de las bodegas, ya que el dilema solo podrá ser resuelto por ellos.