Mitos y realidades del vino y la salud


No sé cuántas veces al día escucho que “el vino es bueno para el corazón“, pero deben ser muchas, pues ya tengo la frase tan metida en la cabeza que no me la olvidaré jamás en el resto de mi vida. Y, si bien es cierto, hay que tener cuidado. Muchos con la excusa de que el vino es bueno para la salud consumen un litro de vino por día o más. Y esto está mal, ya que hay que saber controlarnos en nuestra forma de beber.

El consumo máximo de alcohol diario según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 30 gramos. Un adulto de 70 kilos no puede beber más de 300 ml de vino al día (1/3 de botella). Es más: se recomienda no consumir más de 150 ml en cada comida. Más de esta cantidad puede perjudicar a la salud. Por lo tanto, está bien consumir una o dos copas de vino. No más.

Más de esta cantidad puede provocar alta presión en la sangre, problemas cardíacos y hasta un infarto. Y también hay que tener en cuenta que las mujeres son más vulnerables a los daños por exceso de alcohol, sobre todo si están embarazadas.


Si bien estas cifras no son generalizables (ya que varían según el peso de la persona, su sexo y otras particularidades), habría que tenerlas en cuenta. Hay una frase que dice que toda sustancia es veneno, en la medida de la dosis que se presente.

Otro mito que dicen los investigadores que hay que desterrar es que esta sea una característica exclusiva de los vinos. Parece que cualquier bebida alcohólica puede ser buena para nuestra salud si consumimos una o dos copas al día. No habría diferencias entre el vino o el whisky, por ejemplo.

Tampoco es cierto que el vino tinto sea mejor que el blanco, ya que dicen que en realidad parece que no son los antioxidantes los que causan las mejoras de nuestro organismo.

Los datos que vimos confirman que todo en su justa medida es bueno. Y que los excesos siempre hacen mal.

Recordemos que para vivir más alcanza con tomar una copa de vino al día. Dos máximo. Y con esto ya es suficiente. La moderación es la mejor de las respuestas.

Vía | BBC