Esto sí que es interesante y no es muy común en ningún país del mundo, pero como no podía ser menos esto ocurre en Estados Unidos. Se trata de un bar de autoservicio de vinos, lo cual la verdad que suena un tanto extraño, pero existe en la ciudad de Washington.
Se llama Ceviche, como el pez, y se trata de un bar donde se puede ir uno a servir su propia copa de vino y sentarse a leer un libro o una revista, o socializar con la gente que se encuentra en ese recinto. En este lugar se puede aprovechar no solamente a beber buenos vinos que son de todas partes del mundo, sino también degustar deliciosos platos.
Es un bar que tiene dueños de América Latina o de España, y cuenta con un sistema muy particular. Se trata de que cada usuario tiene una tarjeta con un microchip que inserta en una máquina donde se encuentran ocho variedades de vinos, y estos contendores son tres, cada uno con otras variedades. La tarjeta es entregada por el staff del bar y se debe llenar con cierta cantidad de plata y eso se usa en vinos, y cuando se acaba se puede recargar.
Este servicio de consumo personalizado fue creado por la empresa italiana Enomatic, y permite que una vez que la botella esté abierta se pueda conservar en buenas condiciones por tres semanas. Igualmente, Ceviche nunca pudo comprobar si esto realmente funciona así porque sus clientes se terminan las botellas en 2 ó 3 días, y las más caras pueden llegar a durar 4 ó 5 días.
Es un modo más económico de consumir vino y de poder probar una gran gama de variedades de vinos de alta calidad todos. Un sistema muy divertido para mí y que sería interesante que se aplicara en más países.
Vía | rawstory
