Variedades de uva empleadas para fabricar vino blanco
La uva empleada en la fabricación de un vino es el elemento determinante en la calidad y características del producto final que se obtiene. Si bien deben tenerse en cuenta una serie de cuidados durante el cultivo, cosecha y procesamiento de la uva, la variedad empleada dará como resultado un producto diferente. Asimismo en la mayoría de los casos se emplean mezclas de diferentes tipos de esta fruta creando un balance entre las características de una y de otra.
La piel de la uva es un factor fundamental pues es en esta parte del fruto donde se originan los principales sabores y aromas que se pasarán a la bebida después del proceso fermentativo.
En este artículo hablaremos específicamente de diferentes variedades de uva que se emplean para la obtención de vinos blancos, para ello escogimos algunas de las principales y más reconocidas: Chardonay, Sauvignon blanc, Chenin blanc, Torrontés y Sémillon.
Chardonay es una cepa de uva blanca que se cultiva en casi todas las regiones vinícolas del mundo, posiblemente la más conocida y empleada para la obtención de vinos blancos de mesa y de vinos espumosos incluyendo el Champán. Generalmente se obtienen vinos que deben consumirse jóvenes y aporta un agradable aroma y sabor frutal al producto obtenido.
Sauvignon blanc, de origen francés al igual que Chardonay, su cultivo también está ampliamente difundido. Es la segunda uva más reconocida a partir de la cual se obtienen productos de extrema elegancia produciendo sabores que confieren un tono seco con ligera acidez.
Chenin blanc es una cepa francesa que se cultiva actualmente en muchos países, siendo el territorio sudafricano donde se reconocen grandes extensiones de tierra empleada para estos fines. Se obtienen vinos frescos, inclusive espumosos que van desde secos hasta dulces.
Se conoce bajo el nombre de Torrontés a una cepa de uva blanca de origen español. Sin embargo de igual forma bajo esta misma denominación encontramos las variedades emblemáticas argentinas. De estas últimas se obtienen vinos blancos cargados de un intenso aroma y sabor ácido moderado. Su cultivo en territorio argentino se lleva a cabo a grandes alturas sobre el nivel del mar.
Por último, Sémillon. Es de origen francés aunque su cultivo se ha internacionalizado. Permite la obtención de productos que pueden ir desde sabores secos hasta dulces. Muchas veces se procesa mezclada con Sauvignon blanc. Ofrece productos de alta calidad y como característica fundamental está la que sus vinos envejecidos mantienen una extrema calidad.
Estas son algunas de las más reconocidas cepas de uva del tipo vitis vinífera que se emplean mundialmente para la producción de vinos blancos y espumosos.
Publicado por
FKI
en
8:08
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