Anteriormente vimos que el aire, y específicamente el oxígeno tiene un efecto positivo y negativo en el vino, dependiendo del tiempo de exposición. Oxigenar un vino es necesario para que el vino libere sus aromas y sabores, pero, luego de algunas horas ese proceso se transforma en algo negativo ya que el oxígeno convierte el etanol en acetaldehído.
El tiempo de ‘vida’ de el vino una vez abierto dependerá de la cantidad de taninos, alcohol y azúcar que tenga el vino, pero para evitar que se eche a perder se pueden tomar algunos recaudos, veamos algunos de ellos.
Para intentar demorar el proceso de oxidación se pueden hacer varias cosas, por ejemplo, cerrar la botella herméticamente para evitar la entrada oxígeno.
Otra buena idea es colocar el vino que ha quedado en la botella en un recipiente más pequeño que se cierre herméticamente, preferentemente en una botella que se pueda cerrar con corcho, de esta forma estaremos alargando la vida del vino por un día.
Poner el vino en la nevera también retrasará el proceso químico de oxidación por uno o dos días.
Si cuentan con una bomba de vacío para extraer el aire de la botella entonces podrán disminuir la oxidación y agregar un par de días a la vida del vino.
Y ustedes, ¿cómo conservan sus vinos una vez abiertos? ¿Tienen algún consejo para conservarlos? Pueden contarnos sus experiencias a continuación.
