6 vinos con personalidad, más allá de las modas
Algunas etiquetas siguen las tendencias que dicta el mercado, otras se destacan de la media por mantener un estilo propio y a contrapelo del mainstream. En esta nota te recomendamos 6 de esos vinos que vale la pena probar.
1. MONTCHENOT 1999 ($65)
Van por la quinta generación de López al frente de la bodega y desde 1928, en que importaron grandes toneles Nancy, conciben a sus tintos de alta gama como una mimeografía estilística –la fotocopia sería moderna- de sí mismo. Vinos que evolucionan en grandes volúmenes, por lo que, al final de proceso –unos 15 años- alcanzan una sedosidad y una suavidad tales que son un estándar único en Argentina. Conviene probar para hablar, ya que esta casa es más criticada que bebida por los entendidos.
2. CECCHIN GRACIANA 2007 ($70)
Los Cecchin son viticultores que creen y profesan el culto a la tierra. Sus vides son orgánicas e incluso llegan a elaborar vinos sin emplear sulfitos –el único conservante autorizado en la industria- porque comulgan con los consumos naturales. Y sus vinos, con altibajos, comunican esa sustancia primaria. El Graciana es propiamente eso: un tinto liviano y vivaz, con rico sabor a frutas rojas, que dejará con ganas al bebedor de tintos poderosos, pero que encantará a quien busque una bebida grata y compañera.
3. CALATHUS ROBLE CABERNET SAUVIGNON 2007 ($85)
Una gratísima sorpresa, poco conocida en nuestro medio, pero que lentamente comienza a aparecer. Finca Don Carlos, así se llama la bodega, está en Tupungato, Valle de Uco, Mendoza, y casi todos sus vinos tienen un estilo ligero y a contrapelo del sentido dominante del mercado. Este Cabernet es elegante, frutado y fino, con taninos muy suaves y ricos. Un raro Cab donde manda el paladar blando y sabroso. Compralo escribiéndoles en su web, www.fincadoncarlos.com.
4. CICCHITTI MALBEC RESERVA 2008 ($90)
José Chicchitti no se anda con chiquitas: desde el vamos propuso una bodega en la que el estilo de sus vinos naciera en la viña y, sin otra motivación que la de conseguirlos, se lanzó en 1982 al ruedo. Con los años afirmó sus convicciones mientras que el mercado seguía el mainstream de vinos heavy, y apunto al corazón de lo sutil y lo delicado. Casi 30 años más tarde, consigue este Malbec en el que no domina la madera, sino que es pura fruta y gracilidad al paladar, de estilo blando.
5. RD 2010 ($140)
Al consumidor desprevenido, los vinos de Tacuil pueden resultarle un cachetazo inesperado o una caricia bienvenida. Y eso es así porque son personalísimos cortes de Cabernet y Malbec. Nacen en un rincón remoto de Salta y no emplean madera alguna para su elaboración. Son concentrados y a la vez jugosos, muy aromáticos y potentes, y al mismo tiempo elegantes y rústicos, cocidos y frutales. RD –por Raúl Dávalos, su excéntrico dueño- es una experiencia contrastante que vale la pena vivir.
6. ACHAVAL FERRER QUIMERA 2008 ($220)
Roberto Cipresso, el enólogo de Achával, lo tiene clarito: “Hay que hacer vinos distintos”, le dijo a JOY hace tiempo. Y si bien se concentra en elaborar estilos internacionales, consigue ese no-sé-qué para tener un punto siempre de diferencia. Quimera, el corte de Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Petit Verdot es tan refrescante e intensamente aromático, que su concentración y estructura pasa a segundo plano, apostando a la sorpresa para cautivar.
F:planeta joy
Publicado por
FKI
en
15:46
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