Caído en cama con una gripe o resfrío bárbaro, recordé una vieja receta que escuché alguna vez de alguna abuela o vecina vieja del barrio (la imagen es de eriktormovalor). Consiste en que antes de dormir te tomes una taza de vino caliente para combatir la peste; tiene que ser vino tinto y cuanto más oscuro y espeso sea, mejor (las abuelas no lo sabían pero hablaban de taninos).
El vino se tiene que tomar caliente, hacerlo hervir y dejar que se enfríe un poco a una temperatura como la de un te. Tiene que estar caliente para que surta efecto. La medida es una taza de te.
Para que tenga más efecto, se lo potencia con 1 o 2 cucharadas soperas de azúcar o miel. Agregar unos gajos de cítricos machacados (limón, mandarina o naranja), y si le dejan la cascara mejor. Por último, canela, pimienta y anís y a la cama a transpirar como cerdo.
Debo confesar que no lo tomé aunque estuve a punto, pero como ya había ingerido varias medicaciones para combatir esta molesta peste, si me tomaba este vino medicinal iba a terminar como Pity Álvarez.
F:abcvino
