Un buen corcho es esencial para un buen vino


Las excelentes propiedades físicas y químicas que posee el corcho (es ligero, elástico e impermeable) tienen la particularidad no sólo de sellar, sino también de permitir que le vino se desarrolle y evolucione dentro de la botella.

Es un producto natural de constitución celular leve y de gran comprensibilidad. Estas células se caracterizan por su memoria elástica: cuando son comprimidas procuran volver al tamaño original. Esto lleva al corcho a mantener una presión muy firme contra la superficie del cuerpo e la botella, lo que se traduce en un sellado muy riguroso.

Su elasticidad, su ligereza y la inercia química otorgan a éste material no sólo un nivel superior de tolerancia a las alteraciones de temperatura y presión, sino también una mayor resistencia a la humedad.

Son varios los beneficios que el corcho puede aportar al vino, aunque también puede ser el causante de uno de sus mayores defectos: el “gusto a corcho”. Debido a ello y a otros sabores indeseables causados por fallas en los corchos tradicionales, los productores de vino perdieron varios miles de dólares.


Pero en los últimos años el panorama fue cambiando: a la entrada en escena de varios tipos de tapones de materiales sintéticos ha seguido un debate sobre los pro y los contra del tapón de corcho natural.