Emplean radiactividad para detectar vinos falsos


El fraude de las bebidas alcohólicas es un problema muy grande que crece día a día, en lo que a vinos finos se refiere el fraude mueve unos 3.000 millones de dólares.

En los últimos dos años, The Antique Wine, una casa inglesa especializada en compra y venta de vinos finos, ha enviado unas 500 botellas al Centro de Estudios Nucleares de Burdeos Gradignan donde son examinados con un acelerador de partículas.

El proceso no implica descorchar el vino o tomar muestras, sino que se logra a través de la autentificación del vidrio de las botellas utilizando un análisis con rayos de iones para determinar la edad e historia de la botella.

El Centro de Estudios Nucleares de Burdeos Gradignan también prueba los vinos midiendo la radiactividad que emiten, método que sólo funciona con el vino de uvas cosechadas después de 1945, cuando Estados Unidos lanzó la bomba de Hiroshima.

La radiactividad en el suelo disminuyó luego de 1945, y aumentó en 1961, cuando se hicieron pruebas nucleares durante la Guerra Fría, y nuevamente en 1986, cuando se produjo el accidente del reactor nuclear de Chernobyl.

Formas extrañas de legitimar un vino, pero si sirve para probar si es fraudulento o no sin la necesidad de abrirlo entonces supongo que vale la pena probar y asegurarse de que uno está pagando por lo que hay dentro de la botella.