Los vinos y la luna


Las fases de la luna y la astronomía solían ser muy útiles para nuestros antecesores, las cosechas se basaban en estos principios, al igual que la vendimia, entre otras tantas cosas.

Aún hoy hay algunas pocas bodegas familiares que mantienen sistemas de elaboración basados en antiguas teorías heredadas de sus antepasados, haciendo que las fases lunares, marquen el ritmo de los trabajos en la viña y dentro de la bodega.

La teoría biodinámica del cultivo de la vid es una práctica basada en la experiencia de cientos o de miles de años de actividad agrícola humana y que algunos sectores considera trasnochada e incluso cercana a la magia y la brujería.


En las Fandos y Barriuso son respetuosos con el uso de productos que no sean naturales, para defenderse de las enfermedades utilizan el caldo bordelés, una mezcla de cobre y cal y como único abono para las 80 hectáreas de viñas emplean estiércol de oveja. La clarificación del vino se hace también por sistemas tradicionales, trasegando de unos depósitos a otros, en menguante por supuesto. De la bodega sale un extenso abanico de referencias de vinos, algunos elaborados con variedades autóctonas prácticamente desaparecidas, como el romero de Híjar, la royal de Alloza o la teca.

Otra empresa que basa su filosofía en la experiencia de sus antepasados y se enmarca en las prácticas biodinámicas es Bodegas Pablo, de Almonacid de la Sierra (D. O. Cariñena). Productores de prestigiosos vinos como Gran Viu (disponible en tres referencias: Finca Santiaga, Garnacha del Terreno y Selección) y la gama del Menguante, una denominación muy acorde con el tipo de agricultura que practican.