Vinos criados en el fondo del mar


Una idea muy particular y con mucho glamour, además de ingenio. Una bodega de Laguardia, en la Rioja Alavesa, ha elaborado un vino cuya crianza se realiza en las mismas condiciones que las ostras y mejillones de las bateas, sumergido a varios metros de profundidad durante unos meses en el mar.

El vino seleccionado para el ‘experimento’ fue el Terran Perla 2007, de bodegas Vallobera y la bahía escogida para sumergir y criar las botellas fue la de San Carlos de la Rápita (Tarragona), por la calidad de sus aguas para la cría de ostras.

Las botellas se colocaron a la misma profundidad que las ostras, a 5,5 metros y permanecieron sumergidas en el agua entre 60 y 176 días.

La idea surgió del bodeguero que pensó que el mar se podía utilizar como una gran bodega con muchos beneficios que ninguna bodega convencional puede ofrecer. En el mar a las botellas no les llega prácticamente luz, lo que permite que se evite la oxidación, la humedad es constante y el aumento de temperatura es muy lento y progresivo.

Además, el hecho de que las botellas se coloquen en suspensión y expuestas a corrientes marinas permite que se balanceen lentamente permitiendo aportar resultados diferentes a los de la crianza en bodega.

Este año se hizo la primera prueba, la idea de la bodega es sacar al mercado un número reducido de botellas al mercado.