¿Sabemos apreciar un Buen Vino?
Tal vez usted no aprecie el vino. Tal vez lo haga o por lo menos se encuentra intentándolo. Pero hoy trataré de dejarle el camino abierto para que pueda aprender como se aprecia y disfruta de una copa de vino.
Antes que nada debemos entender que el saber apreciarlo se complementa (y no hay otra manera) con nuestros sentidos. Por eso empezaré a dar unos consejos simples, pero prácticos para que se haga más fácil.
En primer lugar, gracias a la vista podemos obtener algunas de las características más especiales del vino, como son la concentración y madurez. Es de utilidad situar al vino en un fondo blanco para poder observar su limpieza, la intensidad del color, por ejemplo si es un vino con una capa de color denso, será entonces un tinto de gran sabor y concentración.
Otro de los puntos a analizar, es el color del borde del disco. Éste nos dice el estado de evolución del vino, siendo maduros en los blancos si poseen únicamente un color amarillo.
Por otro lado, con el olfato, podremos percibir el “buqué” de un vino, resultado de la crianza en madera o en botella. Entre los aromas más conocidos se encuentran los florales, frutales, balsámicos, químicos o caramelo.
Siguiendo con el gusto, el sabor es el principal. Depende de éste si accedemos a tomar la copa de vino. El sabor dulce, proviene de los azúcares y alcoholes siendo los vinos blancos y licorosos. Mientras que el ácido nos hace llegar la frescura del vino y el amargo su personalidad.
Una recomendación interesante, que ya deben de saber ustedes amantes del vino, es que si un caldo se encuentra demasiado salado, no debemos de beberlo, pues es poco común que en los vinos sepa de esta manera.
Por último nos queda el tacto. Y es aquí donde un vino con cuerpo posee personalidad y un agradable sabor. Además de que el paladar percibe la graduación alcohólica del vino y su intensidad de sabores.
En el champagne por ejemplo, podemos percibir la efervescencia del gas carbónico por ser un vino espumoso. Ahora, en cuanto a la textura, se podrá decir que un vino tiene textura de seda, terciopelo o ¡de lo que le parezca!
Esto de la textura es difícil de darse cuenta. Creo yo que con el tiempo y la experiencia podré descrifrarlo algún día.
Vía | estilo.es
Publicado por
FI
en
20:30
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Etiquetas:
Enología