Quizás algunos piensan que en esas tierras secas no se pueden plantar vides y que no van a salir buenos vinos de allí, pero se equivocan. Para demostrar ellos se encuentra una pequeña bodega en Bali, Indonesia, en una zona árida, donde el señor Hadi Wibowo ha construido su propia bodega para crear vinos para los turistas, llamada Hatten Wines.
Este señor ha dicho que la tierra seca es buena para las uvas, porque les otorga el nivel exacto de dulzura que ellas necesitan. A pesar de estar muy cerca del trópico, donde se cree que es casi imposible crear vinos, Wibowo se animó al crear este negocio y ha conseguido incluso el reconocimiento internacional.
En el año 1994, cuando fue fundada la empresa tenían problemas no solamente con el clima sino también con las restricciones del gobierno musulmán, que no aceptaba mucho la producción de bebidas alcohólicas. Con estos problemas más otros que se les presentaron en el camino, el señor continuó con su proyecto y consiguió trabajar con tres tipos de uvas que generalmente se utilizan sólo para las comidas, y se cree que no producen buenos vinos.
Pero Wibowo se la ha arreglado para crear de ellas vino de calidad. El vino rosado de la empresa es el característico de ellos y se sirve frío y complementa muy bien a las comidas picantes de esa zona. Es realizado con la uva Alphonse-Lavalée y ha sido finalista en varios concursos.
La verdad que es un negocio que cada vez está creciendo más en zonas con climas muy calurosos y donde antes era impensable tener bodegas. Ahora se han sumado bares de vinos en Jakarta y en Tailandia ya se ha abierto este año su octava bodega. También se pueden encontrar bodegas en Vietnam y en Myanmar. Todo un gran negocio por seguir descubriendo y explotando.
Vía | iht
