Efectos de la profesionalización del vino.
Con el paso de los años el consumo del vino ha llevado a que la tradición se haga de lado para dar lugar la profesionalización. Debido a la alta competitividad las bodegas han optado por la innovación para lograr un producto final que se adapte a las exigencias del mercado.
El relevo generacional cada vez más profesionalizado exige mantener un nivel con pautas concretas tanto en el cultivo de la vid como en la elaboración de los vinos que aportan una serie de consejos para que los cosecheros y bodegueros consigan un producto único.
Lo primero que se hace es la plantación, en la que influyen factores variables e invariables. Por ejemplo, la orientación de la viña y la climatología, el terreno, que no puede ser demasiado profundo y ligeramente pobre de materia orgánica y el microclima de la zona, puesto que en la vid influye el número de horas de sol. El suelo, debe de contar con microorganismos, fundamentales para la descomposición de los macro y microelementos.
Los factores variables consisten en conocer la composición del suelo, el PH, la materia orgánica y los microelementos, el análisis de estos factores evidenciarán las carencias, y los profesionales serán los que marcarán los pasos a seguir para corregir los suelos.