Consejos a la hora de escoger vinos en Restaurantes


Una de las mejores opciones si está en la carta de vinos es elegir un Malbec. Esta uva es deliciosa y casi siempre constituye un refugio para los no iniciados en el mundo del vino, pues su caracter afrutado raramente disgusta a alguien.

Las cartas de vinos suelen estar ordenado por precios. No vaya a los extremos. Lo mejor es pedir un vino de precio intermedio, que casi siempre garantiza calidad y economía.

Siempre elija primero los platos y luego los vinos. Incluso aunque le presenten la carta de vinos primero, un truco muy usado para obligarle a recurrir a ella dos veces si seleccionó un plato que no va con el vino.
Aunque en cuestión de maridajes el gusto es amplio y libre, salvo salsas muy complejas con gran cantidad de especias y pimienta, casi siempre vale el viejo adagio de a carnes blancas vinos blancos y carnes rojas con tintos.

Los espumosos son siempre una tabla salvadora. No los desprecie ni los deje para el final. Van bien con casi todas las comidas. Dan un toque de distinción y celebración a la mesa. Son muy digestivos. Rara vez suele salir una botella acorchada o pasada.

Una vez le traigan el vino, primero mire la etiqueta, identifique la cosecha y cerciórese que esta siempre sea medianamente nueva, tanto para un vino blanco como para un tinto. En los blancos la cosecha no debe pasar del 2009 y los tintos del 2008.

Antes de probarlo, primero huela el vino y aspira su aroma. Si está malogrado, sentirá un olor a vinagre (casos muy raros). En boca, garantice que la temperatura sea la correcta, que el alcohol no predomina en su sabor.

Si un vino está malogrado, esto se notará en su exagerado olor a podrido o vinagre. No sientas vergüenza de pedir que te lo cambien por otro.

Reserva siempre para el final pedir una copa de vino de postre. Generalmente no se venden por botellas. son semidulces y secos, deliciosos para un excelente final y denotan un conocimiento al menos primario del mundo de los vinos.

Fuente: excelenciasgourmet.com