La percepción, un arma importante en el mundo del vino
Después de ya haber consumido vino habitualmente durante un período más o menos largo de tiempo y de haber visitado algunas bodegas importantes para conocer esa otra faceta que es conocer los lugares de donde proceden los vinos o saber el cómo se elaboran, aparece una etapa de especial importancia que es saber diferenciar un vino del otro. Esto significa por qué es que un vino te gusta más que el otro.
Para poder llevar a cabo este tipo de ejercicio es necesario manejar algunos sentidos como el aroma y el sabor del vino que vayamos a beber.
Cuando utilizamos la nariz en una cata, es interesante ponernos a pensar en la intensidad del vino y en los matices, es decir, ser capaz de captar los aromas individuales que nos presenta el vino como por ejemplo pueden ser aromas a fresa, a violeta o porque no a mantequilla. En concreto, lo que tenemos que saber apreciar en este tipo de ejercicio es el almacenamiento mental de la sensación que nos ha dejado el vino que probemos.
Por otro lado, en boca, el ejercicio que tendríamos que hacer sería el de buscar la estructura que nos presenta cada vino, como también la carnosidad, el volumen, el equilibrio y la persistencia.
Para poder conocer estos conceptos a fondo, seguiremos una especie de sub-etapas. En primer lugar, para conocer la estructura de un vino, simplemente tenemos que ejercitarnos de esta manera: probar un vino tinto ligero y otro tinto también pero con más firmeza. El procedimiento se lleva a cabo de la siguiente manera: probamos el vino tinto ligero, luego el estructurado y por último otra vez el ligero. Aquí, nuestro paladar se dará cuenta de que el ligero pasará por nuestra boca muy velozmente, mientars que el estructurado lo sentiremos por varios segundos en nuestra boca.
En cuanto a la carnosidad y el volumen, éstas características tienen mucho que ver con la estructura del vino. Con respecto a la carnosidad, la sensación que apreciaremos es como si estuviésemos masticando el vino por el motivo de que tiene mucha sustancia. Y con respecto al volumen, podremos apreciar como y de que manera el vino se abre en nuestros paladares y llena nuestras bocas.
En cuanto al equilibrio de un vino, los grandes catadores lo clasifican con formas geométricas. El estado ideal de un vino se clasifica con la esfera. Así que, de esta manera, cuando probemos un vino, también pensemos en la geometría.
La última característica, la persistencia, es el recuerdo que nos deja el vino en nuestra memoria después de haberlo probado.
De esta manera, creo haberles mostrado las características principales para poder llevar de buena manera una cata. En el caso de que quieran preguntar sobre algo epecífico o hacer alguna crítica, esperamos sus comentarios. Salú.
Vía| club circulo todo vino