Brindar con burbujas


Si existe alguna época del año en donde el cava adquiere una especial relevancia, es, sin duda, en Navidades. A estas alturas del calendario este vino espumoso adquiere un trasfondo indispensable en nuestros hogares.



"Hilos de oro atraviesan su cuerpo,
dulce, seco o semi-seco
de primero, en el aperitivo o por la noche
es siempre un excelente acompañamiento".


Los orígenes del cava se remontan a 1872 cuando el propietario de Bodegas Codorníu, situadas en el Penedés, comprobó que las uvas sometidas al método utilizado tradicionalmente en la champaña y conocido como segunda fermentación en botella, producían unos caldos burbujeantes, muy agradables al paladar, que sólo se diferenciaban del champagne en la localización geográfica y en las variedades de uva utilizadas. De este modo, no tardó en ponerse de moda en las regiones de la zona hasta convertirse, hoy, en el vino festivo por excelencia después del Champagne.

El cava es el resultado sublime de elaborar un vino. VECPRD (Vino Espumoso de Calidad Producido en una Región Determinada) es el apelativo que la Unión Europea le ha otorgado para reconocer su categoría y valor. Aunque casi todo el cava se produce en el clima mediterráneo y suave de Cataluña, existen municipios de otras regiones como La Rioja, Aragón, Navarra, Alicante, Valencia o Extremadura con plena capacidad legal para elaborar este tipo de vino espumoso y que también están recogidos en la Denominación de Origen Cava. El consumo de cava se ha visto incrementado en los últimos años, situándonos en el noveno mercado mundial para estos vinos.

Para elaborar este espumoso puede utilizarse tanto uva tinta como blanca. Desde que fue modificado el reglamento de la elaboración de este vino por parte del Consejo Regulador del Cava en el año 1998, se pueden utilizar las variedades negras Garnacha y Monastrell para la elaboración de cavas blancos y rosados. Para elaborar un cava blanco a partir de una variedad de uva negra, simplemente habría que decolorar el mosto, en un proceso previo a la fermentación.

Además de estas propiedades, el cava con el que vamos a celebrar la llegada del año nuevo se caracteriza, fundamentalmente, por su poder antioxidante. Los compuestos fenólicos que contiene son en gran parte derivados de ácidos cinámicos, especialmente del ácido cafeico, uno de los principales responsables de su efecto beneficioso. Además el cava posee otras sustancias fenólicas que actúan de forma sinérgica y que potencian el efecto antioxidante.

Sus propiedades nutritivas y saludables, su escasa graduación alcohólica, su inigualable presentación y su excelente tolerancia, entre otras cualidades, consiguen que cualquier acontecimiento se torne especial. El buen cava ya no es un producto dirigido a unos pocos, actualmente existen cavas al alcance de todos los presupuestos y economías, cuyos precios van desde los tres euros hasta lo que uno esté dispuesto a pagar.

Ya sea en el aperitivo, la comida, a media tarde o por la noche, el cava es siempre un excelente acompañamiento. La elección se deja al gusto del consumidor, ya que ante todo es una decisión personal. Se recomienda tomarlo a una temperatura de entre 5 y 8 grados, en una copa aflautada, de cuerpo alto y boca estrecha. Según el Consejo Regulador del Cava, la copa de cristal fino y transparente favorece, además, el desprendimiento de las burbujas y permite mostrar plenamente la luminosidad del cava. Debe enfriarse en un recipiente con hielo y, finalmente, servirlo en dos veces, para evitar que el líquido se desborde. Llegado este punto, es el momento de disfrutar y saborear cada trago.

Para despedir el año, recibir el nuevo milenio, estar junto a la familia, reencontrarse con viejos amigos... en nuestra tienda podrás comprar algunos de los mejores espumosos.