Qué botellas debo tener en mi bodega
Hace poco hablamos de las medidas que una persona debía tomar al momento de realizar su propia colección de vinos. Planteamos pautas para comenzar y hacer rendir al máximo una colección de vinos y eventualmente hacer de esto algo más que un hobbie. Hoy, de la mano de aquel artículo, aprovecho lo que leí recientemente que aporta mucho a lo que dijimos anteriormente. En este caso se trata de lo que debe poseer una bodega personal.
Para comenzar, aclaremos que una bodega personal debería tener unas 100 botellas, aunque lógicamente esto puede variar dependiendo de la asiduidad con la que se consuman. Creo que 100 es un número accesible. En proporción, deberíamos tener un 60% de vinos tintos, un 15% de vinos blancos, un 5% de vinos rosados, un 10% de espumosos y un 10% de generosos.
Suponiendo que tenemos 60 botellas de vino tinto, deberíamos tener entre ellas 15 de vinos jóvenes (5 de Rioja y 5 de Ribera del Duero y el resto dividido en las zonas de auge en los últimos años, como Somontano, Jumilla o Navarra). Otras 45 botellas deberían estar destinadas a la crianza, con 10 de Rioja, 10 de Ribera del duero, 15 catalanas, 5 de Navarra y otras 5 repartidas en las demás zonas vinícolas.
Si contamos con 15 botellas de vino blanco en nuestra colección, deberíamos tener 7 jóvenes y 8 destinados a la crianza. De los jóvenes conviene tener alguna botella de las zonas de Albariño y Rueda y algún chardonnay de Navarra, Penedés, Somontano o Castilla-La Mancha. Los envejecidos podrían ser de Penedés y Rioja.
Las 5 botellas de rosados podrían incluir en la selección algún representante de Navarra y Valdepeñas, y alguna variedad de Merlot y Cabernet.
De los 10 espumosos, con tener Brut y Brut Nature está bien.
Finalmente, de los 10 vinos generosos, podemos contar en nuesra bodega con vinos generosos andaluces, como botellas de fino y manzanilla, dejando en crianza algún amontillado, palo cortado, oloroso y dulce reposando por muchos años.
Vía | lugardelvino