¿Adiós al furor del Malbec?: expertos alertan que en poco tiempo "va a aburrir"


Cuando alguien habla de vino argentino, hoy por hoy, indefectiblemente se disparan dos asociaciones: Mendoza y Malbec.

En efecto, esta variedad originaria de Cahors, Francia, pero que luego fue adaptada y revalorizada por los enólogos locales, se convirtió en la cepa estrella de la Argentina. Y las estadísticas son más que elocuentes.

El año pasado, las exportaciones de vinos embotellados de este varietal generaron divisas por u$s305 millones, un 32% más que en 2009 y una cifra cuatro veces superior a la alcanzada con el Cabernet Sauvignon.

En la industria, desde hace varios años, todos los empresarios afirman que los consumidores en el exterior, principalmente en Estados Unidos, "se enamoraron" de esta cepa con sello argentino.

La fuerte presencia de fruta y su excelente relación precio-calidad, fueron las dos principales llaves que le abrieron las puertas en los mercados alrededor del mundo.

Una prueba de este alto grado de aceptación que logró esta cepa quedó de manifiesto en que, mientras que en al año 2002 la Argentina exportó 850.000 cajas, el año pasado las bodegas nacionales lograron enviar unas 8,6 millones.

Este altísimo nivel de crecimiento en apenas un puñado de años es lo que certifica el boom por esta uva.

Y cuando un experto se detiene a analizar el presente y las perspectivas sobre el Malbec, sus palabras no pasan desapercibidas para los bodegueros argentinos, dado que gran parte de los planes de negocios a mediano plazo están sustentados, justamente, en esta cepa.

Es por eso que, en cada foro que reúne a los empresarios del sector, los referentes siempre hacen referencia a la necesidad de cuidar la calidad, de no inundar los mercados externos con vino barato que pueda hacer tambalear una estrategia de posicionamiento de marca que llevó varios años de trabajo y fuertes inversiones.

En este marco, Gérard Basset, quien lleva la "chapa" de haber sido elegido como el mejor sommelier del mundo en 2010, estuvo en la Argentina algunas semanas atrás, en el marco del último Argentina Wine Awards, uno de los concursos más prestigiosos del país.

Durante un seminario en el que se probaron vinos de todo el mundo -y que fueron escogidos como "ejemplos" a seguir-, el experto prefirió hablar sin rodeos y fue contundente a la hora de recomendar una pronta diversificación de la industria local en los mercados internacionales, para evitar así quedar presos de la suerte de un único varietal.

"El Malbec va a pasar de moda. El interés va a disminuir porque la gente se va a aburrir. El consumidor siempre busca cosas nuevas", disparó Basset, generando más de un murmullo en la sala de conferencias, en Mendoza.

"Deben probar muchas otras cosas además del Malbec, tal vez experimentar con cortes, o promover mucho más el terruño, no tan sólo el Malbec en sí mismo", agregó el experto.

Para rematar, agregó que todavía no hay verdaderos vinos que sean grandes embajadores de la Argentina: "Hay marcas respetadas, pero no verdaderos íconos".

La visión de un referente local
Consultado sobre este punto, Alejandro Vigil, enólogo de Catena Zapata, se mostró en desacuerdo con el experto: "El camino del Malbec recién está comenzando. El potencial es enorme y hay que seguir estudiando, experimentando y comunicando".

Sin embargo, sí coincidió en que hay que sofisticar la comunicación de la uva, para poder lograr que el consumidor en el exterior distinga y elija ya no por provincia, sino por el terruño: "Lo más importante es desarrollar las zonas, ponerle un apellido. Así, un Malbec por sí sólo no dice mucho, pero si decimos Malbec de La Consulta o Malbec de Gualtallary, tiene otro sentido".

"Siempre tenemos que recordar que si bien la Argentina es nueva en el mundo, internamente conocemos nuestro potencial y tenemos que sorprender con nuestra experiencia", recalcó Vigil.

Por su parte, Alberto Arizu, presidente de Wines of Argentina, aseguró a Vinos & Bodegas que "tenemos que seguir trabajando y construyendo. Y en este sentido me parece muy importante lo que se ha logrado con el Malbec, que va a seguir siendo un furor por muchos años más".

Sin embargo, aseguró que "la Argentina no es sólo este varietal. Tenemos un enorme potencial con el Cabernet Sauvignon, Bonarda, Torrontés y Syrah, entre muchas otras variedades. Esta diversidad hay que declamarla, profundizarla y trabajarla".