Vinos espirituosos.


Según la Federación Española de bebidas espirituosas, una bebida espirituosa es aquella con contenido alcohólico procedente de la destilación de materias primas agrícolas (uva, cereales, frutos secos, remolacha, caña, fruta, entre otros).

Algunas de estas bebidas son el brandy, el whisky, el ron, la ginebra, el vodka, o los licores, entre otros.

La destilación es el proceso tradicional de separación física, por aplicación de calor, del alcohol del resto de componentes presentes en todo líquido obtenido por fermentación de un producto vegetal de origen agrícola.


En el proceso de destilación no sólo se concentra el alcohol, sino que se elimina una gran cantidad de impurezas de sabor desagradable. En el proceso de envejecimiento, que por lo general tiene lugar en barriles de madera quemada, las impurezas, que son sobre todo una mezcla de alcoholes superiores, se oxidan parcialmente a ácidos, que reaccionan con los alcoholes remanentes formando ésteres de sabor agradable.

Por otro lado, un vino espirituoso es un vino de elevada graduación alcohólica, en el cual a través de la destilación se busca la esencia (el espíritu) del producto.

Entre los destilados procedentes de la uva se encuentran:

Brandy: Bebida espirituosa obtenida a partir de aguardientes de vino asociados o no a un destilado de vino, envejecida en recipientes de roble durante por lo menos un año y que no exceda el límite de 50 grados.

Agua ardiente de vino: Bebida espirituosa obtenida de la destilación a menos de 86% de vino o de vino alcoholizado.

Orujo: Bebida espirituosa obtenida a partir de orujos de uva fermentados y destilados.