La utilización de esta cepa en los vinos argentinos no es una novedad, hasta hace unos años se la utilizaba para los vinos de corte, afortunadamente gracias a los esfuerzos de algunos especialistas la Bonarda se ha hecho un lugar en el mercado argentino produciendo vinos de mesa perfumados y secos, que si son correctamente guardados se tornan armoniosos y de una marcada acidez no excesiva.
Les propongo ver algunos de los vinos elaborados con esta variedad tan particular que está entre nosotros desde hace mucho tiempo, cuando llegaron los primeros inmigrantes italianos a la Argentina.
Dante Robino Bonarda 2007, Bodega Dante Robino, Mendoza
Es un vino fresco, frutado, floral y ahumado con mucha complejidad. En boca tiene un equilibrio impecable y un final agradable.
Durigutti Bonarda 2007, Durigutti Winemakers, Mendoza
De estilo moderno, fresco, armonioso, taninos dulces y final sedoso. Marida muy bien con costillas de cerdo y puré de batata.
Sur de los Andes Bonarda 2007, Bodega Sur de los Andes, Mendoza
Cuenta con un interesante matiz frutal, con mucha ciruela y cereza junto a notas lácticas que armonizan su estilo. En boca es cremoso, de estructura elegante y final prolongado. Ideal con quesos duros y semiduros.
Finca La Linda Bonarda 2008, Bodega Luigi Bosca, Mendoza
Es joven, vivaz y fresco con buena intensidad varietal que se combina armoniosamente con los toques ahumados debido a si leve paso por roble. Buen peso en boca, untuoso y fresco, redondo. Final de persistencia media.