Un vino para cada ocasión
En la cultura popular hay una creencia de que hay ciertos vinos íntimamente ligados a cierto tipo de alimentos. Esto, no es del todo verdad. Aunque los separemos en tres grandes ramas como blancos, rosados y tintos, es una realidad que los vinos son muy amplios en variedad, dentro de estas tres grandes ramas existe una amplísima variedad de texturas, sabores, aromas, formas de preparación, añejamiento, y presentación.
Hay que recordar que no es solo la uva lo que hace a un gran vino, sino que es un largo proceso de elaboración que va dejando en cada momento un toque diferente, por esta razón no existen dos vinos iguales, y cada vino debe ser consumido como único. Esto hace que diferentes tipos de vino tan opuestos como un blanco y un tinto puedan ser servidos con el mismo plato o aperitivo.
De este momento en adelante vamos a contarte la gran variedad de opciones que tienes a la hora de elegir un vino para tu próxima reunión especial.
Cuando hablamos de botanas, jamón, queso, aceitunas, etc., las opciones que van mejor son los vinos rosados, tintos y los amontillados.
En cuanto a la pasta, el mito dice que siempre se debe acompañar con un vino tinto, pero también puede ser bien acompañado con rosados o blancos jóvenes, aromáticos y frutales como un Macabeo, un Sauvignon Blanc, o un Verdejo. Si igualmente eres asiduo a los tintos, los tintos mas jóvenes siempre van mejor.
Para las carnes rojas los mejores vinos para servir en la misma mesa son los vinos tintos, robustos, potentes y con concentración. Cuando las carnes son mas condimentadas y saborizadas los tintos con más tiempo de crianza en barricada son mas recomendables, aquí encontramos los Tempranillo, Garnacha o Cabernet.
El brebaje para acompañar las aves es el blanco y el tinto. En cuanto a los primeros, mejor si son jóvenes, con frescura y cuerpo, entre estos un Chardonnay. Para los segundos no deben ser muy robustos, pero deben tener suficiente cuerpo y aroma frutal, tal vez un Tempranillo, Semicrianza, o reserva de Cabernet Sauvignon o Merlot.
Los pescados siempre son bien acompañados con un vino blanco, bien fermentado en barricada como un Sauvignon Blanc o un Chardonnay. De todas maneras se puede experimentar con vinos rosados o tintos y lograr estupendas combinaciones.
Un buen vino blanco como un Albariño, Verdejo o Godello, siempre es el mejor para acompañar una mesa con mariscos.
De todas maneras nunca debemos olvidar que el vino no es todo, y la forma en que este se sirve es tan importante como su elección. La elección de la copa para servirlo es fundamental, y no es lo mismo que este sea presentado en una copa de vidrio fino que otra con mayor espesor. Todos los vinos cambian su aroma dependiendo de la copa que escojamos.
Publicado por
FI
en
8:01
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas:
Consejos