Así lo afirman dos informes, realizados por un equipo de investigadores suizos, que fueron recientemente publicados en un prestigioso periódico online de Inglaterra.
Dos estudios realizados recientemente concluyeron que el consumo de vino no sólo mejora la digestión, sino que reduce el riesgo de ganar peso. Esta investigación, publicada online en el British Medical Journal de Inglaterra y llevada a cabo por un equipo del University Hospital de Zurich, Suiza, encontró que beber vino blanco con una comida pesada deriva en una digestión prolongada. Sin embargo, los efectos negativos asociados a la digestión lenta se encontraron ausentes. El equipo dirigido por el científico Mark Fox, gastroenterólogo del Queens Medical Centre de Nottingham, Inglaterra, inició esta investigación a partir una comida pesada como es la fondue de queso, que en Suiza se suele acompañar con vino blanco o té. El objetivo fue saber cuál de estas dos bebidas favorecía la digestión. Formaron parte del estudio un total de 20 personas de entre 23 y 58 años, la mitad acompañó la fondue con vino blanco y la otra mitad, con té. Luego, los investigadores midieron el ritmo digestivo durante varias horas y, una semana después, repitieron el experimento intercambiando las bebidas, es decir que aquellos que habían tomado té tomaron vino, y viceversa.
Como resultado, hallaron que el vaciamiento gástrico era significantemente más rápido cuando la fondue se acompañaba con té, lo cual es una buena noticia para los consumidores de vino. Fox explicó que tener un vaciamiento gástrico lento significa que los nutrientes son incorporados lentamente al sistema y que el cuerpo recibirá la energía de forma más efectiva. Los autores también afirman que si la gente consume alcohol con las comidas, el apetito tiende a cerrarse y que los consumidores de vino son menos propensos a ganar peso que los abstemios. Por ende, no hay asociación entre el consumo de vino y los cambios abruptos de peso o el riesgo de desarrollar obesidad a largo plazo.
Por otra parte, luego de varias investigaciones, un equipo de científicos de la Université Joseph Fourier de Francia, encabezado por el doctor Joël de Leiris, ha descubierto que el vino ayuda a desintegrar los ácidos grasos omega 3 presentes en muchos tipos de pescados y mariscos. Según este estudio, difundido a través de la publicación internacional Current Pharmaceutical Biotechnology, las personas que regularmente consumen vino al ingerir alimentos altos en ácidos grasos omega 3 presentan los tejidos del corazón más fuertes y saludables, y un sistema cardiovascular que se regenera con regularidad, lo cual es clave para mantener un ritmo cardíaco constante.
Fuente: http://www.elconocedor.com