El largo camino al Cabernet


Les voy a contar el inconveniente que tengo como tomador de vino, que al charlarlo con mucha gente noto que somos varios los que tenemos el mismo problemita: la pareja que no toma vino. Esto no sólo nos priva de compartir una copa de vino con nuestra/o acompañante, sino que nos obliga a bajarnos enterita la botella descorchada. En cambio, si tomaran con nosotros evitaríamos el famoso “te la tenés que tomar toda”, entonces… ¿cómo hacer para impulsar, en mi caso, a mi mujer a que empiece a tomar vino? (la foto es de ecosdemiciudad).

Como de entrada no puedo hacerla tomar de golpe un Cabernet Sauvignon o un Malbec, opté por comenzar con los blancos y entre ellos seducirla con los dulces, pero bien dulces. Así que aproveché para arrancar con un Las Perdices Viognier Tardío 2008 que me regalaron Julio Tello y Ana Paixao, de Diálogo & Medios, en la Feria de Vinos de Autor.

Para asegurarme el éxito, compré un buen queso azul que, además de gustarle mucho, armoniza perfecto con este tipo de vino. Velada preparada y a descorchar el vino.

La primera impresión fue ampliamente satisfactoria, ya que no sólo repitió una copa sino que también reconoció aromas a damasco y miel. Le adjudico este reconocimiento a que ella es amante de la cocina y está acostumbrada a estos aromas mucho más que yo. El punto negativo de estos vinos es el envase pituco, porque en su mayoría vienen de 500 ml, o sea … se acaba rápido.

Después de este paso, para no apurarme y mancarme en el camino, seguiré por otro Tardío pero más complejo, para después pasar por algún Torrontés y seguir introduciendo a mi mujer en este fantástico mundo.

Para terminar, me quedan algunas preguntas en el tintero:

1. ¿Sus parejas comparten el vino con ustedes?

2. Si es así, ¿se ponen de acuerdo con la cepa?

3. O si la convencieron de tomar vino…. ¿Cómo lo lograron?

F:abcdelvino