Las Propiedades del Vino


Las Propiedades del Vino

Las propiedades dietéticas y terapéuticas de vino son reconocidas actualmente por la ciencia moderna. Pero es evidente que estas propiedades se expresan mejor cuando la calidad del producto es excelente.

Las principales propiedades del vino son las siguientes:

El vino es un alimento
El vino que tiene un valor nutritivo es en efecto una sustancia alimentaría que aporta al organismo unos elementos perfectamente asimilables.

El vino es un tónico
La tonicidad del vino tiene su origen principalmente en los taninos. Mientras más rico en taninos más tónico será el vino. Esta tonicidad se manifiesta no solamente niveles físicos, sino también psíquicos. El vino es, pues, un medio natural de recuperación si es tomado después de un esfuerzo físico.

El vino tinto, sobre todo si es viejo, es particularmente indicado en períodos de convalecencia, o en el transcurso de enfermedades infecciosas.

El vino es un equilibrante nervioso
El profesor Fiessinger afirmaba que "el vino mantiene en un justo equilibrio la mente y los sentimientos".

El vino desarrolla en efecto propiedades euforizantes particularmente beneficiosas para la depresión. Se recomienda sobre todo cuando el paciente debe, por razones particulares, observar unas restricciones alimentarías por razón de dieta terapéutica.

El vino es un digestivo
El vino de buena calidad absorbido en dosis razonables en el curso de las comidas facilita el mecanismo de la digestión. El vino es muy rico en vitamina B2. Esta vitamina permite eliminar las toxinas y la regeneración del hígado. Participan de una manera activa en el metabolismo de las proteínas y de los glúcidos.

Por otra parte del vino estimula la segregación de los jugos gástricos. Es particularmente indicado con las carnes y pescados, pues facilita el proceso digestivo.

También se reconoce que el consumo de vino tinto, fuente de taninos, actúa sobre las fibras lisas de la musculatura intestinal y aumenta así las propiedades peristálticas, siendo un medio suplementario para evitar el riesgo de constipación.

Un buen vino puede entonces revelarse como eficaz en el tratamiento de colitis espasmódicas.

El vino es diurético
El vino, particularmente el vino blanco es diurético. Los vinos blancos ácidos y también los cavas son ricos en tartratos y en sulfatos de potasio que actúan como benéfico sobre los riñones, asegurando así una mejor eliminación de toxinas.

El vino es un remineralizante
El vino contiene una fuerte concentración de sales minerales que son del todo perfectamente asimilables. Entre ella, se deben citar sobre todo el calcio, potasio, magnesio, silicio y también zinc, flúor, cobre, manganeso, cromo y el anión mineral sulfúrico.

El vino es un bactericida
La acción bactericida del vino ha estado presente desde al antigüedad. Se manifiesta después, sobre todo, de epidemias.
En 1886, Rambuteau remarca que los bebedores de vino eran menos sensibles al cólera que los bebedores de agua.
Recientemente el profesor Masquelier ha demostrado el poder bactericida de los tintos de Burdeos en casos de "collibacillose". Investigadores canadienses descubrieron que el vino tinto podía atacar ciertos virus, entre ellos los de la poliomielitis y del herpes.
Las propiedades antisépticas del vino son más elevadas cuando el vino es viejo.

El vino es antialérgico
Para el profesor Masquellier es evidente que el vino se opone a todo exceso de formación de histaminas, que es el elemento responsable de los fenómenos alérgicos. Por otra parte, la riqueza de manganeso y de vitamina B hace del vino un buen antialérgico.

Se puede decir por último que el vino tiene una acción benéfica sobre el sistema cardiovascular.

El vino actúa en el sistema cardiovascular
En efecto es en el sistema cardiovascular donde el vino parece actuar con el máximo de eficacia. El laboratorio del profesor Masquelier ha demostrado que ciertos constituyentes del vino podían prevenir el infarto de miocardio. Los constituyentes responsables de esta acción protectora son las procianidinas. Estas pueden controlar al menos tres factores:
1- Aceleran la depuración del colesterol, pues facilitan y refuerzan la acción de la vitamina C (la vitamina C es necesaria para depurar el colesterol).
2- Estabilizan las fibras de colágeno que sirven de sostén a diversas arterias.
3- Se oponen a la producción local de histamina sospechosa de desencadenar los procesos aterógenos.

Son de hecho los taninos del vino los que contienen las procianidinas. Se puede concluir que un vino rico en taninos es rico en procianidinas.


Fuente: http://www.clubdarwin.net/