Características de los Vinos de Portugal : Oporto y Vino Verde


Portugal es un país situado al oeste de la península ibérica que se caracteriza por tener unas tradiciones muy arraigadas desde tiempos remotos.
La tradición vitivinícola portuguesa data del tiempo de los fenicios, en el siglo I a.C. y adquirió una gran importancia con el paso de los siglos hasta llegar a lo que es hoy día, uno de los países con mayor potencial, aunque fue un país olvidado por mucho tiempo que quedó anclado en el pasado.

Las bodegas portuguesas se denominan quintas, y desde finales del siglo XX han comenzado a rehabilitarse y consiguiendo conquistar el mercado por su gran potencial. Podemos hablar de un renacimiento de la viticultura portuguesa que se está adaptando para producir grandes vinos adaptándose a las nuevas tecnologías sin perder de vista los métodos tradicionales, reuniendo todos los tipos de vinos posibles.
Hasta la década de 1.970, el vino portugués más conocido era el de Oporto, pero estaba en manos de grandes bodegas comerciales que no permitían que los pequeños viticultores lo comercializaran. Hoy , además de los grandes vinos de Oporto, con la marca Ferreira a la cabeza, Portugal produce algunos vinos de gran aceptación internacional, como son los famosos Mateus Rosé, el Barca Velha y Lancers Rosé, muy notables e innovadores.
El Vino Verde es uno de los más tradicionales del país, es fresco y con burbujas y es apreciado en todo el mundo.
Hay en Portugal más de 500 variedades de uvas, con los que se producen , desde los vinos más sencillos, hasta los más elegantes y sofisticados y también cuenta con 40 regiones vinícolas, unas antiguas y otras más recientes, cuyas empresas explotadoras actúan con estrictos criterios de selección y responsabilidad. Cuando en 1.986 Portugal entró en la CEE, comenzó el auge de los “vinos de quintas” y muchas cepas fueron replantadas con ayudas comunitarias, dándose una gran competición entre viticultores para producir vinos de gran prestigio a altos precios.
El país posee variedades de uva autóctona y técnicas de elaboración tradicionales propias, optando por el bajo rendimiento por hectárea a favor de la gran calidad. Podemos encontrar más de 300.000 hectáreas de viñedos y una estructura comercial que le permite exportar sus vinos a todo el mundo, disponiendo todavía de un gran potencial por explotar. Una curiosidad es que en Portugal sigue habiendo una gran tradición del “garrafón”, que son botellas de 5 litros recubiertas de mimbre o plástico, que se siguen vendiendo en todos sus comercios y en los que se embotella un vino de bastante calidad, recio y con cuerpo.