Variedades de tapones


En la actualidad existen diferentes formatos y calidades de tapones para asegurar que lo más importante, el vino, quede guardado de la mejor manera.

En este artículo les nombraré algunas de las variedades, con sus respectivas características, su constitución y sus propiedades.

Todos estos tipos de tapones que mencionaré ahora son fabricados utilizando corcho como materia prima.

Tapón natural: Es un producto 100% natural, resultado de importantes inversiones tecnológicas que garantizan las mejores condiciones de crianza del vino. Estos tapones se obtienen de la parte central de las láminas; dentro de los tapones naturales existen diferentes categorías o calidades.


Tapón Twin Top: Está constituido por un cuerpo aglomerado y un disco de corcho natural en cada uno de los extremos, puede ser usado en las mismas líneas de embotellado que los tapones naturales.

Tapón T-Cork: El T-Cork es un tapón natural con cápsulas variadas que pueden ser de plástico, madera u otros materiales, concebido para el embotellado de vinos fortificados y bebidas espumosas. Sus características principales son: un sellado eficiente y una extracción manual sencilla.

Tapón Neutrocork: Es el más reciente de los tapones técnicos, un producto de nueva generación se podría decir. Presenta como característica principal su gran estabilidad estructural. Se aconseja para vinos de consumo rápido pero que ya posean alguna complejidad.

Tapón colmatado: Son tapones naturales de mayor porosidad. Son objeto de una operación estética que mejora su aspecto visual y su prestación mecánica en el embotellado. Los poros del corcho son sellados en la parte externa.

Tapón aglomerado: Este tipo de tapones es ideal para vinos de consumo rápido. Su relación calidad-precio es un factor terminante. Es fabricado con los restos de la lámina de alcornoque, una vez que se cortan o sacan los corchos naturales y los colmatados.

Ante este panorama no parece aventurado afirmar que el tapón sintético haya sido el resultado de una intensa búsqueda de las bodegas par que sus productos siempre estén guardados de la mejor manera. Este tipo de tapón esta aún muy lejos de ese halo “romántico” que ha logrado el corcho natural, aunque posee otros interesantes atributos: es más limpio, no se quiebra y no genera polvo; se extrae con cualquier descorchador y puede volver a ponerse en la botella fácilmente.

A diferencia del tradicional, que no permite saber como ha evolucionado hasta el momento que el consumidor abre la botella, el sintético tiene un comportamiento más predecible y fácil de controlar. Con este tipo de tapones, además, se rompe el requisito de guardar el vino en posición horizontal: el sintético no precisa humedad para permanecer expandido y así evitar que entre demasiado oxígeno a la botella. Su cualidad de contracción y expansión asegura un cierre más parejo y a la vez su porosidad es controlada para permitir la micro-oxigenación exacta que el vino necesita.

A pesar de que se ha comprobado que el tapón sintético reduce al mínimo los riesgos de estropear el vino, ninguna de sus muchas variedades ha sido masivamente aceptada por los consumidores. Es que éstos, en su gran mayoría, aún continúan con la percepción de que un vino cuyo tapón no sea de corcho natural es de mediocre o baja calidad.

En la industria del vino las nuevas tecnologías chocan contra los gustos de los amantes de esta bebida, como el del placer de destapar una botella con el clásico tapón de corcho natural.