Efectos bioquímicos del vino sobre el organismo



Aunque sólo fuera por el aporte de calorías, vitaminas y sales minerales que el vino nos da, debemos considerarlo como uno de nuestros más preciosos elementos de nutrición.

El vino facilita la digestión: El vino aumenta la secreción salival. Esto es un buen aperitivo, aquel que desde los primeros tragos pone al organismo en buenas condiciones para digerir.

La secreción del jugo gástrico se encuentra también excitada y acrecentada por el vino. Esta bebida contiene, además, diastasas análogas a las de nuestros jugos digestivos, lo que le permite venir en ayuda de los estómagos fatigados y deficientes.

El uso regular de un buen vino, actuando como estimulante de las secreciones intestinales, ayuda también en la lucha contra el estreñimiento.


Pero sobre todo, se ha comprobado que el vino facilita poderosamente la digestión de los prótidos (carnes, pescados, quesos). El vino, aliándose con estos prótidos, realiza ante todo una perfecta alianza, antes de facilitar su digestión. Así, el acuerdo gastronómico de las carnes, pescados, mariscos y quesos con el vino que más les conviene, no es solamente un refinamiento epicúreo, sino también una sabia medida de higiene digestiva científicamente comprobada.