El vino es un antiséptico y posee propiedades antitóxicas


El poder bactericida del vino ha sido reconocido desde hace mucho tiempo.

Se ha comprobado que un centímetro cúbico de vino blanco, mezclado con igual cantidad de caldo de cultivo, mataba el 99% de los colibacilos y de los bacilos del cólera y de la fiebre tifoidea. Por ello, no nos debe asombrar que se distribuyese vino al ejército cuando había epidemias de disentería. “El ejército sufre el cólera, pero débilmente se distribuye vino a las tropas porque es el mejor preservativo”.

De igual manera, la costumbre gastronómica que consiste en acompañar con un buen vino blanco una degustación de ostras o de mariscos, constituye una muy buena precaución higiénica.


Las propiedades antitóxicas convierten al vino en un agente terapéutico, previendo contagios, infecciones tóxicas, como por ejemplo la gripe.